
Vuelta al colegio.
Y vuelta a recuperar el sentido de lugar y de pertenencia. Que ganas teníamos todos de vernos. Estamos todas haciendo un esfuerzo para recuperar el ritmo y brindar a los niños, a nuestros niños un lugar para crecer con seguridad, armonía, afectos y alegrías.
La escuela más que nunca se apoya en el entorno natural para ofrecer un mundo donde los sentidos se amplían, unas clases que se ofrecen al exterior despierta en nuestro interior un sentimiento de sobrecogimiento y de maravilla. Aumenta nuestra creatividad como docentes ya que se ponen en marcha nuevas estrategias didácticas. No obstante estamos convencidas de los beneficios del mundo natural para nuestra cognición y salud. Nuestra tarea ahora es reunirnos nuevamente, crear comunidad con los medios que tengamos, retomar proyectos, ser creativos ante los nuevos desafíos, conectarnos con todos y con la naturaleza en un solo universo de posibilidades. Acompañándonos afectivamente en grupo y aplicando los principios de la naturaleza en la medida que sea posible.
Vuelta al cole, ya no están las aulas tristes, el sonido de la alegría compartida se oye en cada esquina. Se enmarca con muchas dudas y preguntas pero con seguridad iremos armando una estructura que brinde un bienestar para todos y todas.
Texto Janet Val Tribouillier