
Educar al aire libre es educar en la creatividad
Los beneficios de educar al aire libre son muchos. Educar en la naturaleza, tiene importantes beneficios para el desarrollo cognitivo y corporal, ayuda al bienestar y la salud de la infancia, sobre todo en las etapas más tempranas. pero también es conocido el efecto restaurador que tiene el contacto con entornos naturales, pues transmiten serenidad y moderan el estrés.
La abundancia de espacio y de material no estructurado invita a la indagación, la exploración y la experimentación, fomenta la mirada crítica y fortalece la resiliencia de los niños y las niñas. Moverse al aire libre, en un entorno no preparado pero seguro, es un precursor de salud y fortaleza física.
Pero también estimula la creatividad y fomenta al desarrollo de relaciones sociales con valores éticos y de respeto tanto a la comunidad escolar como a la naturaleza. A través del arte en la naturaleza descubrimos que los días no son iguales y cada día ocurren cosas nuevas que estimulan nuestra relación con la naturaleza.
Los niños y niñas dibujan una línea roja sobre el tronco de nuestro jardín, con pimientos. Una explosión de olor y otras sensaciones como el tacto formaron parte de esta experiencia.

Texto y fotos Janet V. Tribouillier