
Los adornos navideños.
Las mañanas compartidas son siempre mañanas hermosas. Compartimos risas, café, palabras, canciones y Escuela. Bajo una Encina, compañero de juegos. Lugar de encuentro, donde surgen las horas más fugaces y los secretos íntimos de la infancia. Testigo de una época donde los cuidados empiezan bajo una Encina y acaban allí. Ella forma parte de todo. Como propuesta de este curso lo hemos adornado, como es tradición en el colegio, con adornos navideños comestibles. Las aves silvestres de la zona lo saben. Una familia de Milanos nos visita cada tarde, vuela tan cerca que los niños se emocionan y todo se detiene, todos contemplamos su vuelo y su bella libertad. Comederos de pájaro en forma de campanas, estrellas, bolas de Navidad. Mezclas de semillas y fruta atadas con un cordel a nuestro árbol. Un dieta exquisita para los días de invierno. La encina y el pino de la entrada del colegio se convierten en protagonistas. Y cada tarde cuando el ruido del día cesa y hay menos almas, se acercan al festín. Son varios los pajaritos que se dejan ver particularmente en invierno, jilgueros, mirlos, herrerillos, pinzones, carboneros buscan alimento en estas fechas. Son ahora nuestros huéspedes.
Gracias a las familias por tan creativas creaciones. Gracias por acudir al encuentro y formar parte de la Vida en torno a nuestros árboles y gracias por formar parte de una vida más verde.
Texto Janet V. Tribouillier