
Conectar con la naturaleza
Es conectar con uno mismo, probablemente. Crear hábito de lectura permite empatizar con el entorno y desarrollar la imaginación, para solventar diferentes problemas o conflictos o solo por el gozo de la experiencia. Pero más allá aún inventar cuentos orales, puede que tengan el mismos valor que los escritos. Sin duda lo es para la creación del lenguaje.
La mayoría de las personas nacemos con distintos tipos de creatividad que se va desarrollando en diferentes contextos, brindar esos contextos es entrenido pero cuando conectas con aquel espacio donde el niño y la niña se siente cómodo es enriquecedor. Los relatos nos hacen abrir nuestra perspectiva a otros mundos ofreciendo nuevas perspectivas del mundo. Como también nos ayudan a transmitir nuestras reflexiones personales, ayudándonos a reorganizar emociones y pensamientos.
A veces no se necesita mucho o nada para crear un relato, como nos recuerda Bruno Munari o Ana Pelegrín, como ella decía: “Lo oral, también es viento fresco y suave”.
Aun más interesante es desarrollar empatía con todas las formas de vida, nos anima a expandir la compasión a otras formas de vida. Se amplia el cuidado y el interés por crear una red de relaciones inclusiva con todos los seres vivos.
Texto: Janet Val Tribouillier Foto: Cuento inventado con una corteza de árbol, lectura espontanea de una niña de tercero de primaria.
Comments (2)
Me parece muy hermoso como a través de una corteza un niño puede crear un cuento con tanta facilidad. Son experiencias que se quedan en el corazón.
Mil gracias Ana Isabel. Es cierto se quedan en el corazón y conmueven la lectura y la naturaleza.