
Club de Caminantes
Los niños y las familias deberían ir al colegio a pie. ¿Están las ciudades preparadas para ello? El club de caminantes tiene sus normas de seguridad, entre ellas el ir en “fila” cuando no hay posibilidad de aceras para continuar con las charlas o los juegos. Al margen de un estilo de vida donde empezamos las mañanas andando en marcha, compartiendo, corriendo, paseos de monte… etc. Mejoramos nuestro estado emocional cuando nos preparamos y nos disponemos desde la alegría al empezar el día. Cuando llegamos a clase la energía viene renovada. También ganamos confianza y confraternizamos con todos los niños y niñas de diferentes edades.
Uno de los aspectos de la caminata entre otros esta la curiosidad innata y el hacer juego con las cosas más elementales como crear un silbato con una hoja del césped del camino, o morder trigo del campo de los cultivos cercanos, encontrarse con algún bicho que nos entretiene el paso. La exploración esta servida y por tanto las preguntas abiertas.
Jugar al aire libre empieza en cada caminata al cole. Además, de la misma manera que pasar tiempo al aire libre sirve para que niñas y niños fomenten sus relaciones sociales, como miembros de su comunidad, también es necesario que tomen consciencia de que forman parte de una comunidad más grande: la Tierra. Y esto, es una cuestión de salud pública porque es necesario conocer y amar la naturaleza, entender nuestra eco-dependencia, para poder protegerla y comprenderla.
¿Puede ser que que no sean muchos los entornos naturales en las grandes ciudades? Surgen nuevas preguntas como las que el entorno escolar debería ser uno más limpio de CO2. Estas cuestiones forman parte de varios debates actuales. Mientras tanto disfrutamos con la confianza en la mano de paseos matutinos a paso ligero. Sabiendo que posiblemente lleguemos justo, justito para empezar nuestro horario habitual pero vamos llenos asombro de la belleza de la realidad. Los niños necesitan realidad para aprender, porque el cerebro humano está hecho para aprender en clave de realidad. Los niños, por ejemplo, aprenden a través de experiencias sensoriales concretas para comprender el mundo y comprenderse a sí mismos. Como sugiere Catherine L’Ecuyer.
Simpatizamos con #streetforkids para pedir más calles abiertas para la infancia, es un derecho de todos. Cabe señalar que la actividad física de los niños es clave para una vida feliz y saludable. Ir al colegio caminando o en bicicleta se considera una manera sencilla de potenciar su actividad física. Recordamos que esta actividad nos unen a ODS como; #3 Salud y bienestar, #4 Educación de calidad, #5 Igualdad de genero, #9 Industria e infraestructura, #11 Ciudades y comunidades sostenibles, #12 Producción y consumo responsable, #13 Acción por el clima, #16 Paz y justicia.
Un acto sencillo para el cambio.

Foto y texto Janet V.Tribouillier